Es un perrita de 9 meses que fue rescatada por maltrato, de un lugar donde no se le proporcionaba ni agua ni comida, y mucho menos atención veterinaria. Fue encontrada con un grado elevado de moquillo, y ahora tras haber recibido adecuado tratamiento lo superó. Paso un tiempo en un hogar transitorio donde fue cuidada.
A pesar de esto, le ha quedado una secuela, el tick nervioso en sus patas, pero eso no le impide ser una perra feliz y hacer la vida normal de cualquier cachorro, solo le faltaba un hogar... ahora gracias a Mario y a su familia que la adoptaron, ya no le falta nada!